Veo mis horas de sueño paradas en fila, como en la línea de ensamble de una fábrica. Mis horas de sueño son personas, siempre lo han sido y siempre lo he sabido. No es eso lo que me extraña. Lo que me extraña es que sean todos pelados. Ahí me doy cuenta de que todas mis horas fueron reemplazadas por clones pelados de ellas mismas, en algún momento cuando yo no estaba mirando.
Por eso no puedo dormir. Porque mis horas de sueño no tienen pelo.
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