jueves, 8 de mayo de 2008

Never go to bed with a full head.

La otra vez, revisando unos papeles en el departamento, me di cuenta que hace como dos meses que estoy muerto. Con razón me han llamado tan re poco, pensé. Y con razón me cuesta tanto prender el computador. ¿Cómo le habrá ido a Chile?

De repente entro en cuenta de que pasé estos dos meses parado aquí en el living, pensando hueas. Es como cuando uno se va a la cama con la cabeza andando y de repente se percata que ya son las 8 y todavía no se queda dormido. Eso mismo me pasó, pero por dos meses, y estando parado. (¿Estoy parado? No sé, es raro. Estoy como sobrepuesto. O sea, a ver, como que todo el mundo está pintado en una muralla, y yo estoy apoyado en ella tratando de pasar piola.)

Me cayó un ascensor encima, parece. Algo así decía en el papel. Miren la suertecita: de no ver ese papel, todavía pensaría que estoy vivo. Puta la huea. Todo por esa manía de la Feña de andar dejando papeles en todo lados. Chucha, la Feña. Como andábamos medio peleaos, no me extrañó tanto no haber hablado con ella en todo este tiempo. Está malo eso. Voy a la pieza y ahí está, sentada en la cama, leyendo la revista del cable. No se si es porque no la he visto en tanto tiempo o porque ya no tengo ojos, pero puta que se ve linda. Que eres linda, digo, y ella se asusta. Me mira y se asusta más. "Tú no podís estar acá po". No pos, le digo, estaré muerto pero igual estoy. Ahhh, me dice, y queda más tranquila. Que tontera no haber hablado en todo este tiempo. Sí pos.

Bueno, y qué hay hecho en este tiempo que no nos hemos visto, le pregunto. No sé, leer, ver tele, llorar. ¿Llorar por qué? Ah. De veras. Que eres linda. Me siento al lado (o hago como que me siento al lado) y vemos Los Magníficos. No decimos mucho. "Pasame el control" "No puedo po" "Ahh jajaja". Después de un rato a ella se le olvida que no tengo hombro y me pone la cabeza ahí. Yo le hago cariño. Su pelo se siente tan real. Y al final ella se despierta, no en el departamento sino en la casa de su hermana, que es donde ha estado viviendo desde hace dos meses. Que lata, era todo tan real. Se siente tonta porque en todo ese rato no se acordó de contarme lo que quería contarme, y por un momento piensa que todavía puede hacerlo. Pero entonces esa lógica que le expliqué y que endenante entendió altiro, esa lógica que es verdad, se desvance junto con el sueño. Sonríe un poco, y se seca los ojos. La voy a extrañar caleta, pero ahora voy a cachar que onda con el partido.